Pueblo del café: Yauco
Yauco, su raíz etimológica viene de yuca. Era la región suroriental conocida como Coayuco. Este pueblo ya existía como comunidad indígena mucho antes del descubrimiento de Puerto Rico. Yauco era la capital indígena de la isla de Borikén. Juan Ponce de León llegó a la isla para explorarla y colonizarla en el 1508, entrando por la Bahía de Guánica. Este se dirigió al Coayuco, sede del cacique principal de la Isla, llamado Agueybaná.La Isla de Puerto Rico fue dividida en dos secciones territoriales, llamadas: Puerto Rico, la región oriental y San Germán, la región occidental. Yauco perteneció a San Germán hasta el 1756, cuando se constituye en Municipio por gestiones que realizaron los vecinos, encabezados por Fernando Pacheco, quien pasó a ser su primer alcalde.Fernando Pacheco con los vecinos del pueblo pusieron el Municipio bajo la tutela de Nuestra Señora del Rosario. Ya había sido edificada una ermita de palmas y yaguas bajo el patronato de San Sebastián.Cinco años después de la fundación de Yauco, se había erigido al lado del río Ventanas una ermita para ofrecer servicios religiosos a unas 40 familias de sus alrededores.El Rey de España concedió el permiso para la edificación de edificios principales como: el cabildo, la iglesia, el hospital, la plaza y las calles. También fundaron dos compañías de milicias disciplinadas.Los primeros sacerdotes que oficiaron misa en Yauco fueron:Fray Pablo de Santiago en 1750 (primer capellán interino); P. José López de Victoria en 1752, P. José de la Plaga en 1760, P. Joaquín de Figueroa en 1767, P. José de la Escalera en 1768, Isidro del Toro y Quiñones en 1768, P. Antonio de Berríos en 1794, P. Francisco González Carrasco en 1805, P. Juan Francisco Acosta en 1807, P. Manuel Meira en 1807, P. Manuel de Capaceta en 1808.En el 1851 se erigió la iglesia actual, en la que oficiaron los siguientes sacerdotes ilustres: P. José A. Pieretti, P. José Pivetti, P. Carlos Pasalacqua y el P. Juan Rivera Viera, escritor y poeta.A partir de 1815 llegaron a Yauco los corsos. Llegaron en un momento donde el pueblo puertorriqueño estaba tomando conciencia de su identidad y Yauco no estaba excluído. Lo interesante es que estos extranjeros llegaron a vivir a nuestras tierras tomando parte de ella, como si hubiesen nacido aquí. Se integraron a la vida social, económica y política.
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